Artículos de Fe

Los presentes Artículos de Fe deben de ser fomentados para el liderazgo y establecidos como la base doctrinal de la Iglesia Pentecostal del Nombre de Jesús. Se sugiere que estos Artículos de Fe sean usados para discipular, y que sean leídos y explicados al recibir miembros de otras organizaciones o al establecer nuevas obras.

Para poder establecer la Iglesia sobre una base eficiente y sólida, promover evangelismo, ejecutar programas que solidifiquen la fe de los santos, y asegurar una confraternidad íntima entre hermanos, nos organizamos como la Iglesia Pentecostal del Nombre de Jesús reconociendo como cabeza principal y jefe soberano de la Iglesia a Jesucristo nuestro Señor, Dios y Salvador. Pero a la vez, aceptamos y respetamos el liderazgo cristiano establecido en las Sagradas Escrituras, para la edificación del cuerpo de Cristo y el crecimiento espiritual y numérico de la obra de Dios, según lo estipula el apóstol Pablo en Efesios 4:11-12.

En el huerto del Edén luego del pecado de la primera pareja, Dios toma la iniciativa de hacer el sacrificio, de derramar la sangre del animal y cubrirlos con esa piel, aquí se denota que es una doctrina que aparece desde el principio, ya en el recorrido de la Escritura vemos el caso más notorio que es el de David, pues su pecado era grave, la ley misma sometía a una persona con el mismo pecado a la muerte, pero nuevamente es Dios quien sale al paso para decir que Él no iba a morir, aunque Dios lo castigo, pero es ahí donde más nos cuesta a nosotros entender la doctrina del perdón, hoy estamos haciendo lo contrario Dios lo perdona y nosotros lo castigamos, luego más adelante vemos al sacerdote Josué caído, ha ensuciado sus vestiduras que las tenía que conservar pulcras, el diablo lo acusa, pero Dios no lo hace. El ángel tiene unas vestiduras nuevas para darle, aunque el sumo sacerdote Josué tenía que arrepentirse.

«Y Josué estaba vestido de vestiduras viles, y estaba delante del ángel. Y habló el ángel, y mandó a los que estaban delante de él, diciendo: Quitadle esas vestiduras viles. Y a él le dijo: Mira que he quitado de ti tu pecado, y te he hecho vestir de ropas de gala.» – Zacarías 3:3 (RVR1960)

Ahora en el nuevo testamento Pablo habla a los galatas:

«Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.» – Galatas 6:1 (RVR1960)

Entonces nos deja en manos nuestras esa restauración, es una responsabilidad levantarlo y ayudarlo, pero en última instancia es Dios quien restaura una persona, si él se deja restaurar.

«Por tanto, así dijo Jehová: Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca.» – Jeremías 15:19 (RVR1960)

Creemos en el sólo Dios viviente, Eterno, Infinito en poder, Santo en naturaleza, atributos y propósitos; y que posee divinidad absoluta e indivisible. La Escritura afirma, asume y declara que el conocimiento de Dios es universal (Romanos 1:19-32). Dios es Indivisible, inmaterial, sin partes, sin cuerpo y por lo tanto libre de toda limitación. Él es Espíritu (Juan 4:24).

«Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es.» – Marcos 12:29 RVR1960

«Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.» – Deuteronomio 6:4 RVR1960

«un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.» – Efesios 4:6 RVR1960

«Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo.» – Hebreos 1:1-2 RVR1960

El Dios invisible prometió darse a conocer y lo cumple mediante el cuerpo que Él emplea para la realización de su obra.

«Por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne» – Hebreos 10:20 RVR1960

«Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas me preparaste cuerpo. Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron. Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad, Como en el rollo del libro está escrito de mí.» – Hebreos 10:5-7 RVR1960

«Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo» – Hebreos 2:14 RVR1960

Creemos que Jesús es Dios: Juan 20:28, Romanos 9:5, 1 Juan 5:20. Creemos que Jesucristo es verdadero Dios y perfecto hombre: Lucas 18:18, Juan 5:27, 1 Corintios 15:47, Jeremías 10:10.

Este sólo Dios verdadero se manifestó asimismo en el Antiguo Testamento, en varias maneras. En el Hijo cuando caminó entre los hombres, y como el Espíritu Santo después de la ascensión. El sólo Dios verdadero. Jehová del Antiguo Testamento, tomó sobre sí mismo la forma de hombre, y como el HIJO del Hombre, nació de la virgen María. Como Pablo dice:

«E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, Justificado en el Espíritu, Visto de los ángeles, Predicado a los gentiles, Creído en el mundo, Recibido arriba en gloria.» – 1 Timoteo 3:16 RVR1960

«Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.» – Isaías 9:6 RVR1960

«A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.»
Juan 1:1 RVR1960

Este solo Dios verdadero se manifestó en carne, es decir en su Hijo Jesucristo:

«Que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.» 2 Corintios 5:19 RVR1960

Creemos que en Él (Jesús) habita corporalmente toda la plenitud de la Divinidad (Colosenses 2:9).

«Por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud» – Colosenses 1:19 RVR1960

Por lo tanto, Jesús en su humanidad era hombre; en su Divinidad era y es Dios. En su carne era el cordero o sacrificio de Dios, Él es el único mediador entre Dios y el hombre.

«Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre» – 1 Timoteo 2:5 RVR1960

Jesús por parte de su Padre era Divino; por parte de su madre, humano; por eso fue conocido como el Hijo de Dios y también como el Hijo del Hombre, o el Dios hombre.

«Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a él, claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas las cosas. Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.» – 1 Corintios 15:27-28 RVR1960

«Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.» – Apocalipsis 1:8 RVR1960

Dios usó diferentes títulos tales como: “Elohim” Dios, el Dios Todopoderoso, “El Shaddai”, Jehová, y especialmente el Señor Jehová, el nombre redentor en el Antiguo Testamento.

«Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.» – Isaías 9:6 RVR1960

La profecía de Isaías se cumplió cuando se le puso nombre al Hijo de Dios.

«Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS,[a] porque él salvará a su pueblo de sus pecados. Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.» – Isaías 9:6 RVR1960

«Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.» –
Hechos 4:12 RVR1960

En el principio Dios creó al hombre inocente, puro y santo.

«Este es el libro de las generaciones de Adán. El día en que creó Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo. Varón y hembra los creó; y los bendijo, y llamó el nombre de ellos Adán, el día en que fueron creados.» – Génesis 5:1-2 RVR1960

Él, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo…?» – Mateo 19:4 RVR1960

Por el pecado de desobediencia, Adán y Eva, los primeros de la raza humana cayeron de su santo estado y Dios los expulsó del Edén. Desde entonces, por la desobediencia de un hombre, el pecado entró en el mundo.

«He aquí, solamente esto he hallado: que Dios hizo al hombre recto, pero ellos buscaron muchas perversiones.» – Eclesiastés 7:29 RVR1960

«Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios» – Romanos 3:23 RVR1960

«Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.» – Romanos 5:12 RVR1960

«Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.» – Romanos 5:19 RVR1960

La gracia es el favor inmerecido por el cual Dios rescata al hombre habilitándole para una vida nueva, pasando por alto en su paciencia los pecados pasados.

«Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados» – Romanos 3:24-25 RVR1960

«Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente» – Tito 2:11-12 RVR1960

«Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo» – Juan 1:17 RVR1960

El cristiano debe guardarse en la gracia y en el amor de Dios para conservar su salvación. Cuando una persona comete transgresión y peca contra Dios, pierde su favor (Ezequiel 33:19) Y si continúa cometiendo pecado y no se arrepiente, finalmente se perderá y será lanzado al lago de fuego. (Ezequiel 18:24, Juan 15:2, 2 Pedro 2:20-21). Judas habla de los que tornaron atrás y de su recompensa (Hebreos 6:4-6)

«Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios» – Efesios 2:8 RVR1960

«Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.» Hebreos 11:1 RVR1960

La fe es el resultado de oír o recibir el evangelio de la gracia de Dios.

«por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.» – Romanos 5:2 RVR1960

«Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.» – Romanos 5:10 RVR1960

«Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.» – Romanos 5:17 RVR1960

«y por quien recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor de su nombre» – Romanos 1:5 RVR1960

El arrepentimiento es reconocer nuestros pecados sintiendo dolor por haber ofendido a Dios, es confesarle a Dios nuestros pecados, pedirle con fe que nos perdone y estar dispuestos a abandonar lo malo y a encaminarnos por el camino del bien.

«Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.» – Isaías 55:7
RVR1960

«Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.» – Hechos 2:38
RVR1960

«Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan» – Hechos 17:30
RVR1960

Es el acto de obediencia y sumisión a Dios y a su Palabra después de un genuino arrepentimiento, demostrando con un cambio permanente de acciones que la Escritura llama conversión.

«Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: !!Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento» – Mateo 3:7-8 RVR1960

En el bautismo la persona recibe el perdón de sus pecados, pero debe continuar en obediencia a la Palabra de Dios, y debe también continuar congregándose en una iglesia local para recibir edificación. El bautismo debe ser realizado por un ministro ordenado para dicho oficio, y debe ser por inmersión en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, según Hechos 2:38, Hechos 22:16, Romanos 6:4-5, Colosenses 2:12, Colosenses 3:17.

El bautismo en el Espíritu Santo, la llenura del Espíritu Santo y los dones del Espíritu Santo son términos bíblicos. El bautismo del Espíritu Santo es un revestimiento de poder que Dios prometió a los creyentes.

He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto.» – Lucas 24:49 RVR1960

«Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra» – Hechos 1:8 RVR1960

«Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra, mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús. Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.» – Hechos 4:29-31 RVR1960

Y la llenura del Espíritu Santo es algo que debe buscar de continuo el creyente.

«No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu» – Efesios 5:18 RVR1960

La llenura del Espíritu Santo produce en el creyente el fruto y los dones del Espíritu Santo Galatas 5:22, 1 Corintios 12, Romanos 12:6-8, Joel 2:28-29.

El Nuevo Nacimiento es el resultado de haber sido engendrado por la Palabra y haber nacido de ella, y se refleja en la persona mediante el arrepentimiento, la conversión y la obediencia al evangelio.

«Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.» – Juan 3:3 RVR1960

«De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.» – 2 Corintios 5:17 RVR1960

«El, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas.» – Santiago 1:18 RVR1960

«Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro; siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.» – 1 Pedro 1:22-23 RVR1960

«Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.» – 1 Juan 3:9 RVR1960

«Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.» – 1 Juan 5:4 RVR1960

Los dones son dados para capacitar a los miembros del cuerpo de Cristo, y siendo provenientes de Dios. Nunca son dados para uso particular, ni para enaltecimiento de la persona, ya que estos dones son temporalmente como manifestación del Espíritu Santo para provecho, edificación de la Iglesia y propagación del Evangelio.

«Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho. Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas. Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.» – 1 Pedro 1:22-23 RVR1960

«Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación. El que habla en lengua extraña, a sí mismo se edifica; pero el que profetiza, edifica a la iglesia.» – 1 Pedro 1:22-23 RVR1960

La santidad es un estado de vida en el que debe de vivir toda persona que ha sido redimida del pecado y que es deber de cada creyente perfeccionar en su vida cada día.

«Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente» – Tito 2:11-12 RVR1960

La palabra santo simplemente quiere decir, separado o apartado del pecado, pero a la vez consagrado para Dios. El cristiano debe de vivir de acuerdo a la Palabra de Dios (Hebreos 12:14, 2 Corintios 7:1).

«Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.» – 1 Corintios 6:11 RVR1960

«Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.» – Hebreos 12:14 RVR1960

«Sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo. Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación; sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación» – Hebreos 12:14 RVR1960

El primer pacto que Dios hizo con su pueblo al liberarlos de la esclavitud fue un pacto de sanidad. El Señor dijo:

«y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador.» – Éxodo 15:26 RVR1960

Pero esta no es una licencia para abusar de la salud y quedar exonerados de cuidar nuestro cuerpo, que es templo del Espíritu Santo.

«¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.» – Éxodo 15:26 RVR1960

«Tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.» – Marcos 16:18 RVR1960

Más tarde Santiago escribió en su epístola a todas las Iglesias:

«¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados. Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.» – Santiago 5:14 RVR1960

La Iglesia es el cuerpo de Cristo, conformado por los llamados por el evangelio, alrededor de la Persona y obra del Señor Jesucristo, incorporados a ella por la obediencia a la verdad.

«Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.» – Santiago 5:14 RVR1960

Sus prácticas y doctrinas están contenidas en la Palabra de Dios.

«Y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.» – Efesios 1:22-23 RVR1960

«Un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación» – Efesios 4:4 RVR1960

«Y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia» – Colosenses 1:18 RVR1960

«Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí. Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.» – 1 Corintios 11:23-26 RVR1960

«Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí. De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.» – Lucas 22:19-20 RVR1960

Pablo instruyó a la Iglesia sobre cómo observarla:

«De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa. Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí. Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen. Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados; mas siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo. Así que, hermanos míos, cuando os reunís a comer, esperaos unos a otros. Si alguno tuviere hambre, coma en su casa, para que no os reunáis para juicio. Las demás cosas las pondré en orden cuando yo fuere.» – 1 Corintios 11:27-34 RVR1960

Así fue instituida la santa cena, la cual se toma literalmente como emblema del cuerpo partido y de su sangre derramada. Hay también un significado espiritual y una bendición al participar de la cena, la cual es en memoria de su muerte y anunciando su venida, y constituye la confesión de que todos los que de la misma participamos somos un cuerpo.

a) Es el gobierno que Él ejerce por su Espíritu en los creyentes.

«…he aquí el reino de Dios está entre vosotros.» – Lucas 17:21 RVR1960

«Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.» – Romanos 14:17 RVR1960

b) El establecimiento de Jesucristo, hijo de David, en el trono de Israel, y durante el milenio será la manifestación gloriosa del reino de Jesucristo sobre toda la tierra.

«No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar.» – Isaías 11:9 RVR1960

«Y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado; a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo.» – Hechos 3:20-21 RVR1960

c) Los cielos nuevos y la tierra nueva son la tercera y última etapa del reino de Dios

«Porque como los cielos nuevos y la nueva tierra que yo hago permanecerán delante de mí, dice Jehová, así permanecerá vuestra descendencia y vuestro nombre.» – Isaías 66:22 RVR1960

«Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.» – 2 Pedro 3:13 RVR1960

«Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.» Apocalipsis 21:1 RVR1960

La resurrección es la esperanza del cristianismo.

«Yo sé que mi Redentor vive, Y al fin se levantará sobre el polvo; Y después de deshecha esta mi piel, En mi carne he de ver a Dios; Al cual veré por mí mismo, Y mis ojos lo verán, y no otro, Aunque mi corazón desfallece dentro de mí.» – Job 19:25-27 RVR1960

«En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; Estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza.» – Salmo 17:15 RVR1960

«Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.» – Juan 11:25 RVR1960

«Pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio» – Juan 11:25 RVR1960

De Jesucristo: La resurrección de Jesucristo marca la esperanza del cristiano.

«Viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción.» – Hechos 2:31 RVR1960

Léase Hechos 4:2, 1 Corintios 15:1-20).

De los Justos: La resurrección de los Justos es la promesa de Dios a través de los patriarcas, de los profetas del Señor, y de los apóstoles como la culminación de la carrera cristiana.

«Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para verg:uenza y confusión perpetua.» – Daniel 12:2 RVR1960

«Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.» – Hechos 2:31 RVR1960

«Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección. Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.» – Apocalipsis 20:5-6 RVR1960

De los injustos: Dios hará resurrección de los injustos, para traerlos a juicio ante el trono blanco.

«Por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos.» – Hechos 17:31 RVR1960

«No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.» – Juan 5:28-29 RVR1960

«Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.» – Apocalipsis 20:11-15 RVR1960

Creemos que se está acercando el tiempo de la manifestación del señor.

«Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.» – 1 Tesalonicenses 4:13-17 RVR1960

«He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria.» – 1 Corintios 15:51-54 RVR1960

«Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.» – Filipenses 3:20-21 RVR1960

Este gran acontecimiento se efectuará antes de la gran tribulación.

«Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación. Porque he aquí que Jehová sale de su lugar para castigar al morador de la tierra por su maldad contra él; y la tierra descubrirá la sangre derramada sobre ella, y no encubrirá ya más a sus muertos.» – Isaías 26:20-21 RVR1960

«Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.» – Isaías 26:20-21 RVR1960

«y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera.» – 1 Tesalonicenses 1:10 RVR1960

«Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.» – Apocalipsis 3:10 RVR1960

Es la ira de Dios contra este mundo pecador, y en este tiempo Dios se volverá a Israel para levantarlo.

«En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro.» – 1 Tesalonicenses 1:10 RVR1960

«Porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados.» – 1 Tesalonicenses 1:10 RVR1960

«Y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder» – 1 Tesalonicenses 1:10 RVR1960

«De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares, para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente, y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él.» – Judas 1:14-15 RVR1960

Jesús viene por segunda vez en persona, tal como se fue. Está claramente expuesto por el mismo Señor Jesús, y fue Predicado y enseñado en la Iglesia primitiva por los apóstoles.

«Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.» – Mateo 24:30 RVR1960

«Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.» – Hechos 1:10-11 RVR1960

«Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida» – 2 Tesalonicenses 2:8 RVR1960

«He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén.» – Apocalipsisi 1:7 RVR1960

El milenio es el período de la restauración de todas las cosas de que hablan los profetas y los apóstoles.

«Lo que vio Isaías hijo de Amoz acerca de Judá y de Jerusalén. Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones. Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová. Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.» – 2 Tesalonicenses 2:8 RVR1960

Léase Isaías 11.1-10; Hechos 3.20-22 y Romanos 8.19-22. Entendemos que, aunque las Escrituras enseñan la restitución de todo, no encontramos dónde se hable de que el diablo, sus ángeles y todos los pecadores, toman parte de dicha restitución.

«Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.» – Apocalipsis 20:10 RVR1960

En el Juicio Final estarán todos los hombres que hayan muerto sin Cristo. Este juicio se efectuará al final del milenio después del juicio sobre Satanás, y también se le conoce con el nombre de Juicio ante el gran Trono Blanco. La Iglesia no será Juzgada, sino que ella misma intervendrá en el Juicio que Dios tiene preparado.

¿O no sabéis que los santos han de Juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser Juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas? ¿O no sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? ¿Cuánto más las cosas de esta vida? – 2 Tesalonicenses 2:8 RVR1960

«en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.» – Romanos 2:16 RVR1960

El ministerio es un llamamiento de Dios, y el Espíritu Santo confiará a cada ministro la facultad de servir a la Iglesia en distintas capacidades y con distintos dones, cuyas manifestaciones son todas para edificación del cuerpo de Cristo.

«Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,» – Efesios 4:11-12 RVR1960

Véase Romanos 12:6-8, 1 Corintios 12:5-11).

Aunque el llamamiento al ministerio es de origen Divino, la Palabra de Dios contiene suficientes enseñanzas sobre los requisitos que debe llenar el candidato a servir en el ministerio, y que corresponde a los ancianos de la Iglesia examinar a los candidatos al ministerio, y determinar cuándo son dignos de aprobación. Véase 1 Timoteo 3:10, 1 Timoteo 4:14, 1 Timoteo 5:17.

El matrimonio es un estado santo que fue establecido desde el principio, y es honroso en todos, según las normas que Dios estableció, para este. (Génesis 2:21-24, Mateo 19:15 y Hebreos 13:4).

Los matrimonios deben verificarse según las leyes del país. El hombre y la mujer que no hayan legalizado su unión y deseen bautizarse, deben cumplir primeramente con los requisitos de las leyes civiles.

Creemos que el matrimonio es una unión que debe perdurar mientras viven los dos cónyuges. Al morir uno de ellos, el otro estará libre para casarse, y no peca si lo hace en el Señor (Romanos 7:1-3, 1 Corintios 7:39).

Divorcio: Es factible sólo cuando las causales ajusten a lo estipulado en la Palabra de Dios. (Mateo 19:9, Deuteronomio 24:1-2).

El diezmo es el plan financiero de Dios para proveer su obra, y ha existido desde los días de Abraham. El diezmo vino desde Abraham por fe. La ley de Moisés lo ordenó, e Israel lo practicó cuando estaba bien con Dios, Jesús lo aprobó en (Mateo 23:3). No debemos robar a Dios su porción, es decir, los diezmos y las ofrendas (Hebreos 7:2-10, Malaquías 3).

Estamos de acuerdo con la separación entre el Estado y la Iglesia, y que ninguno debe intervenir en los asuntos íntimos del otro, pues aquí se cumple el precepto bíblico de dar al César lo que es del César, y lo que es de Dios, a Dios. (Marcos 12:17). Los cristianos pueden tomar participación en actividades cívicas de acuerdo con su capacidad e inclinaciones políticas, pero siempre reflejando sus ideas Personales y no las de la Iglesia, que siempre es neutral y tiene capacidad para todos los hombres.

Al mismo tiempo, todos los cristianos deben obedecer a las autoridades civiles y todas las leyes y disposiciones que de ellas emanen, siempre que no contradigan sus principios religiosos o los obliguen a hacer cosas en contra de su conciencia (Romanos 13:1-7).